sábado, 16 de mayo de 2009

Soplo y DC en el Nuevo Día.


Por Damaris Hernández Mercado / dhernandez1@elnuevodia.com

Al verlos algunos se asombran, otros los entienden y hay quienes piensan que se trata de un grupo de locos, “poseídos por algún demonio”.

Así suelen ser las primeras reacciones de los espectadores del colectivo artístico Soplo.

Hace dos años, un grupo de jóvenes y adultos dedicados al arte espontáneo callejero se dieron a la tarea de retomar los espacios públicos y cotidianos como escenario para presentaciones improvisadas, que incorporan la danza contemporánea, la experimental y el teatro.

“En Puerto Rico hay muchos lugares, pero no se usan porque la gente no camina, ya que estamos acostumbrados a la vida en el auto. Eso nos diferencia de otros países de Latinoamérica y Europa; eso hace que perdamos contacto con la cotidianidad. De ahí es que surge el colectivo, para aprovechar esos espacios y fomentar el arte en las calles” sostuvo Ñequi González, la organizadora del grupo, integrado por unos 40 miembros.

A diferencia del teatro, en sus presentaciones apenas existen coreografías, ensayos ni libretos. Tampoco se requiere una formación en danza ni hay que dominar la técnica del ballet. Sí se necesitan habilidades para desarrollar un trabajo más contemporáneo y abstracto, a través de movimientos corporales.

Pero, para González, lo más importante es el amor por el arte.

Las escenas que han desarrollado en El Morro, el Capitolio, la Plaza del Mercado en Río Piedras, Paseo Caribe, las Tinajas en Naguabo y la playa de Piñones, entre otros, se enmarcan en el espacio mismo. Cada uno de los integrantes trabaja de manera individual, en un intento por confundirse con la cotidianidad y el ambiente.

“En el teatro trabajas en una caja negra; en la calle no. La vida del lugar es la que te da el pie forzado para la improvisación”, aseguró González, quien posee una maestría en Danza de Columbus University.

González -quien fue la productora del Festival de Danza que se celebró en Luquillo del 2003 al 2006- explicó que es ella quien hace la convocatoria. Luego de seleccionar el lugar, lo visita y diseña una estructura con varias pautas, teniendo en cuenta el espacio. El día previsto, los que deseen participar se reúnen allí una hora antes y es en ese momento cuando se plantea el tema que se va a desarrollar.

Precisamente, esa integración espontánea es la que ha permitido que el colectivo se nutra también de niños y adultos mayores de 60 años.

González explicó que en la Isla el espectador no siempre comprende el trabajo que realizan, ya que no se ha desarrollado una cultura de arte en las calles.

“En general, aquí la gente no está acostumbrada, pues se ha desligado del cuerpo como un medio de expresión. Aquí sólo observan danza cuando van al teatro. Cuando nos ven, dicen de todo: que si estamos poseídos por el diablo o qué bonitos, como los indios taínos”, subrayó González.

“Desayuno Calle 6”

Otro de los colectivos que trabajan el arte de la improvisación es Desayuno Calle. Al igual que Soplo, el grupo realiza una manifestación de arte efímero en un espacio público, durante un desayuno al aire libre. Cada uno de los participantes lleva sus alimentos para compartir con el resto. Durante el evento desarrollan una instalación temporera con materiales como globos, hilos, cajones, entre otros.

Este domingo, desde las 10:00 a.m., ambos colectivos se unirán en el evento denominado “Desayuno Calle 6” en el Patio del Arsenal de La Puntilla en el Viejo San Juan. La actividad es gratis.

http://www.elnuevodia.com/artecallejero-569528.html

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